Equilibrando la Balanza: VIH, Bienestar y Salud Mental
SANTIAGO, 2 de Abril. El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), que según fuentes de ONUSIDA[1] en el año 2022 afectaba a 39 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 29.8 millones reciben Terapia Antirretroviral (TARV), sigue siendo un tema de gran interés y preocupación en Salud. Este virus no solo tiene repercusiones en la salud física, sino que también conlleva implicaciones significativas para la salud mental de las personas afectadas. Por ello, en este artículo, deseamos destacar la relación entre el VIH y la Salud Mental como una problemática compleja y diversa que requiere atención. Esta situación no solo afecta la calidad de vida de los pacientes, sino también su adherencia al TARV.
La relación entre el VIH y la Salud Mental, interviene en ambas direcciones, por un parte el reciente diagnóstico de VIH puede desencadenar en la persona una serie respuestas psicológicas, como la depresión, la ansiedad y el estrés postraumático. Por otro lado, los problemas de salud mental pueden afectar la adherencia al TARV y el acceso a una atención médica adecuada, lo que puede tener consecuencias en la progresión del VIH[2].
Respecto a lo anterior, es importante mencionar que la depresión es una de las condiciones de salud mental más comunes entre las personas que viven con VIH. La prevalencia de la depresión entre las Personas que Viven con VIH era aproximadamente el doble que en la población en general, esta tasa alta de sintomatología depresiva puede estar relacionada con factores como el estigma social, el miedo y la preocupación por lo que viene, en términos del sentido de la vida[3]. En esta misma línea es que la depresión en Personas que Viven con VIH no se debe menospreciar, debido a que puede tener implicancias en la adherencia al TARV, afectar la calidad de vida y aumentar comportamientos de riesgos, sin olvidar que la depresión no tratada puede tener consecuencias graves e incluso aumentar la mortalidad en personas que viven con VIH[4].
Además de la depresión, es crucial tener en cuenta la ansiedad y el Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) como otros desafíos de salud mental para las personas que viven con VIH. El momento del diagnóstico y la experiencia continua de vivir con VIH pueden generar un estrés psicológico considerable. Según algunos estudios, el TEPT es más prevalente entre las personas con VIH que en la población en general[5].
Tanto la ansiedad como el TEPT pueden tener efectos negativos adicionales en la salud y el bienestar de las personas que viven con VIH, debido a que muchas veces dificulta y/o retrasa la toma de decisiones beneficiosas para la salud, o bien aumenta las conductas de riesgo y afectar la calidad de vida. Sin olvidar, por ejemplo, que un estrés crónico puede debilitar el sistema inmunológico, pudiendo tener implicancias negativas en la persona que vive con VIH[6].
Del mismo modo, el estigma y la discriminación aun presente y relacionado con el VIH, tiene relación con la salud mental de las personas.
Miedo al estigma de realizarse una prueba diagnóstica, divulgar el estado serológico y retrasar el acceso a los servicios de atención medica y/o grupos de apoyo, como el estigma internalizado afectando el autoestima y el bienestar psicológico de las personas que viven con VIH[7].
El Modelo de Estrés Minoritario (Minority Stress Model)[8], plantea que el estigma, los prejuicios y la discriminación generan un entorno social estresante que puede ocasionar problemas de salud tanto física como mental en individuos pertenecientes a minorías sexuales. Debido a que a discriminación basada en el VIH puede manifestarse de diversas formas, incluyendo la exclusión social, la violencia verbal o física, entre otras. Por tanto, estas experiencias podrían generar daños emocionales significativos y contribuir a los problemas de salud mental, ya mencionados.
Dado lo dificultoso de la relación entre el VIH y la Salud Mental, es de importancia una intervención integral, consideraciones acciones tanto a nivel individual, como comunitario. A nivel individual se sugiere una aproximación psicoterapéutico que adopte un enfoque afirmativo y adecuado, como es en TRANSED, con profesionales de salud formados en el tema, debido a que las respuestas psicológicas ante el diagnostico difieren de una persona a otra, pudiendo manifestarse desde sensaciones de calma y tranquilidad, hasta un sentimiento de culpa o frustración, derivado de las complicaciones físicas que pudieran existir y/o el estigma y discriminación asociado[9]. Y a nivel comunitario, crear espacios seguros y de apoyo, para compartir experiencias y recibir contención mutua, esencial para la reducción del aislamiento social y la resiliencia.
En resumen, la relación entre el VIH y la Salud Mental es complicada y abarca diversos aspectos. La depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y el estigma asociado con el VIH representan solo algunos de los obstáculos que enfrentan las personas afectadas. No obstante, al adoptar un enfoque integral que atienda tanto las necesidades de salud mental como física, podemos potenciar el bienestar y mejorar la calidad de vida de aquellos que conviven con el VIH.
[1] ONUSIDA (08 de Febrero de 2024). Hoja informativa — Últimas estadísticas sobre el estado de la epidemia de sidahttps://www.unaids.org/es/resources/fact-sheet
[2] Bing, E. G., Burnam, M. A., Longshore, D., Fleishman, J. A., Sherbourne, C. D., London, A. S., … & Shapiro, M. (2001). Psychiatric disorders and drug use among human immunodeficiency virus–infected adults in the United States. Archives of General Psychiatry, 58(8), 721-728.
[3] Rodkjaer, L., Laursen, T., Balle, N., Sodemann, M., & Schou, L. (2019). Depression in patients with HIV is under-diagnosed: A cross-sectional study in Denmark. HIV Medicine, 20(5), 307-314.
[4] Machtinger, E. L., Haberer, J. E., Wilson, T. C., & Weiss, D. S. (2012). Recent trauma is associated with antiretroviral failure and HIV transmission risk behavior among HIV-positive women and female-identified transgenders. AIDS and Behavior, 16(8), 2160-2170.
[5] Machtinger, E. L., Haberer, J. E., Wilson, T. C., & Weiss, D. S. (2012). Recent trauma is associated with antiretroviral failure and HIV transmission risk behavior among HIV-positive women and female-identified transgenders. AIDS and Behavior, 16(8), 2160-2170.
[6] Machtinger, E. L., Haberer, J. E., Wilson, T. C., & Weiss, D. S. (2012). Recent trauma is associated with antiretroviral failure and HIV transmission risk behavior among HIV-positive women and female-identified transgenders. AIDS and Behavior, 16(8), 2160-2170.
[7] Logie, C. H., Okumu, M., Mwima, S., Hakiza, R., Irungi, J., & Nyanzi-Wakholi, B. (2020). Exploring links to deep and persistent inequalities in mental health among persons with HIV in Uganda: an intersectional and syndemic approach. Journal of the International AIDS Society, 23(1), e25448.
[8] Meyer, I. H. (2003). Prejudice, social stress, and mental health in lesbian, gay, and bisexual populations: Conceptual issues and research evidence. Psychological Bulletin, 129(5), 674-697.
[9] Martinez, C., Tomicic, A., Brandelli, A., Rueda, M. & Editor@s (2023). Psicoterapia y Salud Mental en Personas de la diversidad sexual y de género (LGBT+). Investigación y práctica en Iberoamérica. RIL Editores. Santiago. Chile
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