La oportunidad perdida del CENSO 2024 para la Población LGBTIAQ+: Una revisión a la evidencia comparada
SANTIAGO, 22 de mayo. A pocas semanas de finalizar el proceso, poco se ha escrito sobre la oportunidad perdida que representa la exclusión de preguntas destinadas a recolectar datos sociodemográficos de la población LGBTIAQ+ en el actual CENSO 2024, llevado a cabo por el gobierno de Chile. Esta omisión constituye una grave pérdida en términos de política pública y derechos humanos para esta población. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)[1], la inclusión de preguntas sobre orientación sexual e identidad de género en los censos es fundamental para visibilizar y abordar las necesidades específicas de esta comunidad. A diferencia de las encuestas de hogares, los censos ofrecen una oportunidad única para obtener datos completos y precisos, esenciales para la formulación de políticas inclusivas y efectivas.
Frente a la ausencia de datos oficiales y las restricciones técnicas en el acceso a datos desagregados existentes, resulta imposible obtener información relevante sobre las condiciones socioeconómicas de la población LGBTIAQ+ en Chile. Esto no solo representa un obstáculo significativo para comprender el alcance de esta población, sino también para el diseño, formulación y ejecución de políticas públicas efectivas que puedan atender adecuadamente sus necesidades y demandas.
En este contexto, las Naciones Unidas han advertido a varios países latinoamericanos sobre la falta de representación estadística de la diversidad de género y orientación sexual en los censos y otros instrumentos estadísticos oficiales[2]. Esta deficiencia se vuelve aún más preocupante en un entorno social marcado por la discriminación, la violencia tanto física como simbólica, y la desigualdad que afecta de manera particular a la comunidad LGBTIAQ+.
Si bien el Estado de Chile restituyó las preguntas sobre orientación sexual e identidad de género en la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) el pasado año, después de haberlas eliminado durante el proceso abreviado realizado durante la pandemia de COVID-19, es importante señalar las limitaciones de esta información. En términos técnicos, es imposible inferir que la muestra de hogares en los cuales se aplica sea necesariamente representativa de esta población[3]. Además, el subreporte frente a preguntas sensibles y su aplicación en estas encuestas plantea problemas[4] [5], así como las limitaciones de los factores de expansión y su representación a niveles más desagregados, ya que su alcance actualmente se limita a nivel nacional y regional[6].
Frente a estas limitaciones, los censos ofrecen ventajas significativas sobre las encuestas de hogares, destacando por su cobertura universal que incluye a toda la población, lo cual es crucial para representar adecuadamente a la comunidad LGBTIAQ+, frecuentemente marginada en muestras más pequeñas. Además, los censos proporcionan datos desagregados que permiten un análisis detallado de las distintas facetas y necesidades de los subgrupos dentro de esta comunidad. Estos datos son fundamentales para el desarrollo de políticas públicas basadas en evidencia, que buscan promover la igualdad y proteger los derechos de la población LGBTIAQ+, asegurando que los recursos se asignen y utilicen de manera efectiva para abordar temas de discriminación, salud, empleo, entre otros aspectos vitales.
La evidencia comparada en esta materia ha demostrado el éxito de incluir preguntas sobre orientación sexual en los censos.
El censo de Canadá en 2021[7], por ejemplo, marcó un avance significativo al incorporar estas preguntas, permitiendo a los investigadores y formuladores de políticas comprender mejor la distribución y las condiciones de vida de la población LGBTIAQ+ en todo el país. De manera similar, el Reino Unido fue uno de los primeros países en incluir preguntas sobre orientación sexual en su encuesta de hogares en 2010. Además, la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS) del Reino Unido incluyó por primera vez preguntas sobre orientación sexual e identidad de género en el Censo de 2021[8]. Esta inclusión ha sido elogiada por proporcionar datos críticos que informarán la política pública y ayudarán a combatir la discriminación.
Por tanto, a la luz de la evidencia, resulta paradójica la decisión del gobierno de Chile de excluir y omitir las preguntas sobre orientación sexual en el proceso del CENSO 2024, sin presentar ningún argumento técnico o respaldo académico que lo justifique. Esta decisión contrasta con la oportunidad que representaba el censo y el compromiso asumido por la Ministra de la Mujer y Equidad de Género durante el lanzamiento de la campaña “En lugar de Violencia: Respeto” en diciembre de 2023. En esa ocasión, frente a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) convocadas en la “Mesa Intergubernamental por los Derechos de las Personas LGBTIAQ+”, se había comprometido a incluir estas preguntas.
Es necesario avanzar hacia la inclusión de políticas en favor de los grupos vulnerables y evitar perder oportunidades como el actual proceso del CENSO 2024, que podría proporcionar datos esenciales para transformar la vida de miles de personas LGBTIAQ+. La evidencia internacional y las recomendaciones de organismos multilaterales, como la CEPAL[9] y la OCDE[10], son claras en esta materia, subrayando la importancia de incluir a esta población en los esfuerzos de recolección de datos sociodemográficos. Sin estos datos, las políticas públicas seguirán careciendo de la base empírica necesaria para abordar las desigualdades y promover una sociedad chilena más justa e inclusiva.
[1] Stang, F. (2019). La diversidad sexual y de género en censos y encuestas de América Latina: Entre la invisibilidad y la lógica heteronormativa. Notas de Población, Volume 46, Issue 108, Oct 2019, p. 221 – 243. [Link]
[2] CEPAL (2018). La invisibilidad estadística de la diversidad sexual y de género en los censos latinoamericanos. Aspectos conceptuales de los censos de población y vivienda: desafíos para la definición de contenidos incluyentes en la ronda 2020. Nov 2018. [Link]
[3] Aksoy, C. G., Carpenter, C. S., Frank, J., & Huffman, M. (2019). Gay Glass Ceilings: Sexual Orientation and Workplace Authority in the UK. Journal of Economic Behavior & Organization, 159, 167-180. [Link]
[4] Coffman, K. B., Coffman, L. C., & Marzilli Ericson, K. M. (2017). The Size of the LGBT population and the magnitude of antigay sentiment are substantially underestimated. Management Science, 63(10), 3168–3186. [Link]
[5] Ham, A., Guarín, A., & Ruiz, J. (2023). How accurately are household surveys measuring the size and inequalities for the LGBT population in Bogotá, Colombia? Evidence from a list experiment. Labour Economics, 87, 102503. [Link]
[6] MIDESO (2023). Serie de Resultados CASEN: Orientación Sexual e Identidad de Género: Encuesta CASEN 2022. [Link]
[7] Statics Canada (2022). Canada at a Glance, 2022. LGBTQ+ people. [Link]
[8] Office for National Statics, UK (2021). Sexual orientation, England and Wales: Census 2021. The sexual orientation of usual residents aged 16 years and over in England and Wales, Census 2021 data. [Link]
[9] CEPAL (2018). La invisibilidad estadística de la diversidad sexual y de género en los censos latinoamericanos. Aspectos conceptuales de los censos de población y vivienda: desafíos para la definición de contenidos incluyentes en la ronda 2020. Nov 2018. [Link]
[10] OECD (2019), Society at a Glance 2019: OECD Social Indicators, OECD Publishing, Paris. [Link]
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